Internet, smartphone, televisión, PC ... en casa la tecnología es ya un miembro más, cada día que pasa con más importancia tanto para el entretenimiento como la educación. Renunciar a la tecnología o reducirla a la mínima expresión durante la educación de los hijos es posible pero no fácil. Ni mucho menos lo habitual. Una familia de Galicia nos ha contado cómo es el día a día de unos padres con dos niños que han nacido en un entorno donde la tecnología tiende a protagonizarlo todo.
En la mayoria de casas en el Peru se puede apreciar que los a padres le otorgan una tablet o celular a sus hijos, donde los niños pueden disponer de estos aparatos y hacen que se distraigan.
Tambien se sabe que los niños cada vez que ven un programa o un dibujo animado se pegan a sus televisores, donde hacen que su actitud y forma de ser sean parecidos a los personajes del programa o dibujo animado que esta viendo,pero nadie puede dejar la tecnologia ya que en ella se encuentra muchos apuros como por ejemplo: buscar informacion de alguna cultura u otras informaciones que son importantes no del todo son seguras pero ayuda en algo.
El momento más temido: la llegada del teléfono móvil
Si con el televisor, el PC o incluso la consola, el uso de la tecnología por parte de los niños está plenamente normalizado, la llegada abrumadora del teléfono móvil y todo lo que ello supone para un adolescente, ha hecho que esa disponibilidad absoluta de dispositivos plantee dudas a algunos padres. Es el momento clave y bastante temido por las dudas sobre si se podrá gestionar correctamente. Marian, ahora mismo, se siente impotente ante esa idea.Marian y su familia vienen en una zona bastante rural de Galicia. Apenas 3000 habitantes tiene su lugar de residencia, y su esperanza es que allí, todo lo que tiene que ver con teléfonos móviles y niños llegue más tarde. No niega la realidad, "siempre va a haber alguno que quiera un teléfono móvil", pero confía en la gestión de la situación de la misma manera que ya ocurre con otros elementos que tienen otros niños y sus hijos no. Por ahora no ve muchos niños que tengan teléfono móvil y espera que todo siga igual, aunque a la velocidad que ya ocurre todo, uno nunca sabe qué va a ocurrir.
FUENTE:JAVIER PENALVA
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